Estrictamente, esto no es un “si fuera” ordinario pero es un buen comienzo en el día de hoy. Las cosas por su nombre, esto siempre de primeras. Saraela comenzó su lista por este atípico “si fuera” y yo fiel a mi estímulo, es decir, a ella, voy a seguir sus coordenadas. Aunque he de decir que tal vez me extienda más de la cuenta pero es que yo con mi nombre tengo una relación particular.
Esperaban niño. Juguetona desde el útero debía de poner dedete cada vez que me hacían foto porque hasta no salir de cuentas mi madre, no se enteró de que le venía una niña. De todas maneras, qué no se quejen, les di casi un mes más para que se fueran acostumbrando. Fui un melocotón tardío. Todo estaba preparado en azul y amarillo. ¡Menos mal! Porque yo y el rosa como el agua y el aceite. Me iba a llamar ISRAEL. Supongo que hubiera acabado siendo, Isra para los amigos. Mi padre aún me agradece mi cambio de sexo. Si yo nací en abril, para junio Israel comenzó un conflicto armado, que trajo cola, invadiendo el sur del Líbano en lo que hoy se conoce como la Primera Guerra del Líbano. Me libré de este estigma político-bélico y comenzó la guerra en casa por qué nombre ponerme. Mi padre quería MARÍA y mi madre… mi madre, ese no quería. Resulta que tengo una prima hermana, prima hermana que no segunda como hermana, que se llamaba así. Así que mi padre tuvo que ir cediendo y comenzó a convertir la “i” en “t”. Como deduciréis, los que no me conozcáis y ya sabréis los que sí me conozcéis, me llamo MARTA. Soy una María camuflada ¡qué cruz!.
De todas maneras, tener o no nombre me es indiferente. Solo sirve para que los demás te identifiquen. Todavía me siento rara cada vez que me nombran. “Marta, Marta” “¿Qué? ¿Es a mi?” Como yo no me llamo pues no sé, es como raro. Pero a lo que vamos, “si no tuviera nombre” me llamaría… MARTA. Si no soy Marta, ¿quién soy sino?. Incapaz de nombrarme acudiría a que me asignaran etiqueta otros, que es lo que hice en su día. Así que dudo que me llamara de otra manera. No me disgusta y total, ya llevo casi treinta con él a cuestas. “Si tuviera que poner un nombre” yo, eso ya sería otro cantar. Pero como todavía no se ha dado el caso y me tengo que regir a una lista, dejo este nuevo “si fuera” en el aire.
Y es que LO BUENO ABUNDA!!!!!! Yo no hubiera escogido mejor el nombre de MARTA!!!!!!! feliz Santo!
ResponderEliminarPD: Cuando me voy a sacar sangre simpre soy MARÍA jajajajaja!!!!
...bueno, bueno, bueno....esto te ha venido que ni pintado ehhh!!!..,Muchas felicidades por aqui también....lo de las "Martas" parece increible,...gracias a facebook he sabido que conozco por lo menos a 12,...y eso es mucho,...Israel,..no está mal,...mejor que Jesús que era mi opción masculina...doy gracias a dios, por darme dotes femeninas y que la moneda cayera por el lado correcto,...casualidades de la vida...
ResponderEliminarFeliz santo!...Pero...no estoy muy de acuerdo con tu último párrafo...Tener o no nombre nunca puede ser indiferente!!!...Nuestro nombre es importantísimo, nos da personalidad, nos identifica,...Poner nombre a una persona es lo mas dificil que creo que podré hacer en mi vida...es tan chungo elegir uno...
ResponderEliminarEn mi caso...Si hubiera sido chico sería DANIEL...que no era mala opción...Daniela tampoco me hubiera disgustado...Si siguieramos la tradición de antaño, la de los pueblos mi nombre actual sería FELICIA, y ANTONIO O GINÉS...
Pero no me quejo...orgullosa estoy!!!