31.1.11

5 meses después

Me dejé una nota: “Be in the moment”. Con post data, por supuesto: “Just be. Don’t hurry on the next things. Be in the now”. Era necesaria. Por salud mental básicamente. Tuve que decantarme como un vino viejo que lleva mucho tiempo en botella. Y la nota era fundamental para poder volver en caso de pérdida. Por si se me olvidaba el por qué del cambio de estado. Tenía posos a eliminar, restos de corcho con los que me había sellado, en tardes infinitas de sol y sombras. Era preciso proporcionar a mi espíritu de una mayor oxigenación. A riesgo de perder por el camino esencias y sueños. Mis aromas tenían que madurar aunque tal vez, la temperatura no era la adecuada para mi consumo. A veces pienso que abrí antes de tiempo. Corriendo el riesgo de equivocarme decidí imperiosamente decantarme ¿Y si con el contacto abrupto con el aire perdía toda mi estructura y propiedades? “Como en mi botella en ninguna parte”, es lo que me hacía decir el miedo. En la incertidumbre de no saber si era vino viejo o vino joven, destapé mi capsula y me deshice del tapón, con la esperanza de que en unas horas fuera a sentirme más redonda y suave al paladar. Más agradable al trato, más cómoda en el lugar.
Eso lo pesé hace cinco meses casi exactos. Mucho tiempo en la jarra. Pasé de un recipiente cerrado a otro abierto un tanto más espacioso y me he vuelto pobre, falta de vitalidad mental y frescura. ¿El fallo cuál fue? ¿El momento? ¿El instante? ¿Las ganas? ¿El vino? Creo que una decantación, sino que me corrijan los expertos (soy profana en todo esto, lo mío es el experimentar), sólo es beneficiosa siempre que el vino se preste a ello. No todos sino los que se presten a desarrollar posos, los tintos jóvenes muy astringentes a los que el respirar les aporta mejoría en su madurez, respetando su aspereza. Yo me creí muy concentrada. No sé si fallé en mi análisis, una mezcla entre sequedad y amargor, que me pedía a gritos desenvolverme para vivir.
Ahora estoy intentando averiguar si tan sólo decanté unas copas o vacié por completo toda la botella. Si la sed de vino fue una cata o una borrachera. ¿Habré llegado al punto de no retorno? ¿Qué significa en todo caso esto? Mientras lo averiguo, diseñaré un museo y beberé por placer y no por olvido. En paz con el pasado, lo que venga lo recibiré con agradado. Soy mediterránea y en el alboroto de mi carácter, me adaptaré a los cambios. Entretanto, lo anotado: Vivir el ahora. Ser sólo ser.